miércoles, 21 de noviembre de 2012

ENSAYO DE CRIMEN Y CASTIGO

La historia narra la vida de Raskolnikov, un joven estudiante de derecho en la Rusia zarista. Aquel joven ve trabados sus sueños por la miseria en la cual se ve envuelto él y su familia, debiendo congelar sus estudios por falta de dinero. En búsqueda de dinero llega a conocer egoísta anciana, la cual ejerce el oficio de prestamista.

Al percatarse de la riqueza que la prestamista posee, la mente del protagonista se va corrompiendo con el sucio deseo de asesinarla y robar el dinero que ella guarda en su casa. Tras muchos cuestionamientos morales acerca de lo que significaría matar a la anciana, termina por hacer realidad aquel deseo, lo cual a la larga terminará por marcar su existencia.
Esto le obliga a permanecer encerrado en una minúscula habitación alquilada donde se tortura y entabla una ardua lucha entre aquellos opuestos pensamientos que lo merman poco a poco. Hablamos de un hombre destinado a debatir consigo mismo. Todo ello le obliga a escapar de su familia, a evitar a sus amigos, a huir de la vida porque teme que alguien llegue a sospechar de él y lo delate, privándole así de misma la vida y la libertad.
Al cometer el asesinato afirmaría más tarde “A esa vieja la mato el diablo, yo solo me asesine”. Por medio de dicho acto, él trata de probarse que es un hombre superior, al que le está permitido transgredir la ley, sin importarle la ley moral. Como el mismo lo expresa, “Sus crímenes, (de los hombres extraordinarios) como es natural, son relativos, y presentan muchas variedades, recaban la destrucción del presente en nombre de algo mejor”.


Una parte de la teoría de Raskolnikov   en el cual menciona   que hay dos clases de seres humanos, los que tienen una función meramente reproductiva (que serían el "pueblo llano"), y los hombres extraordinarios (Newton, Darwin o Napoleón, por ejemplo). De los primeros es el presente y de los segundos será el futuro. Los segundos no estarían obligados a respetar la ley si con ello fueran a contribuir a la verdad u otros altos fines. Por supuesto, existirían también confusiones y personas ordinarias podrían creerse extraordinarias, perjudicando al prójimo con sus crímenes. Raskólnikov cree formar parte de este selecto grupo de hombres que no deben obedecer a conductas morales comunes, sino que tienen la obligación de transgredirlas si con ello fueran a lograr sus propósitos y alcanzar sus ideales.
Una de las características que tendría este hombre extraordinario, sería la capacidad de no sentir culpa o cargo de conciencia, causa principal de su agonía, su castigo aun estando en libertad. La percepción de Raskólnikov acerca de la vida cambia cuando conoce a Sonia, una prostituta que también se encuentra «pagando su castigo» de una forma diferente.
Raskolnikov exhibe síntomas de megalomanía, pues se piensa extraordinario, y se compara a Napoleón. Como hombre extraordinario se siente justificado en su decisión de asesinar a la usurera, puesto que su conciencia existe fuera de los límites morales que afectan a las personas "ordinarias". Sin embargo, justo después del crimen Raskolnikov enferma, afectado por el recuerdo de sus acciones.

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